
El 2 de febrero se conmemora el Día Mundial de los Humedales, y este año se tiene por objeto concientizar sobre la importancia de conservar los humedales para garantizar el desarrollo de la vida, aprovechando los recursos que nos brinda de manera sustentable.
Los humedales son áreas inundables en las que el agua es el regulador principal que determina el tipo de comunidad biológica que lo habita. Numerosas especies vegetales y animales dependen de ellas para cumplir su ciclo de vida, y son esenciales para que las personas puedan vivir y prosperar.
Ramsar es un tratado intergubernamental en pos de la conservación y el uso racional de los humedales y sus recursos. Actualmente, existen alrededor de 2.200 humedales en todo el mundo incluidos en este tratado. En la Argentina hay 22 sitios, siendo el Parque Nacional Laguna Blanca uno de los tres primeros en haber sido incorporado.
El Parque Nacional Laguna Blanca, enmarcado en un entorno imponente de volcanes, basaltos, mallines y lagunas, conserva una porción representativa de la estepa patagónica. El rasgo central del sitio lo constituye la laguna Blanca, ubicada en el centro del Parque Nacional, que representa la máxima cuenca endorreica de la región basáltica del oeste de la Provincia del Neuquén.
Dentro del área protegida habita una elevada biodiversidad integrada por unas 350 especies de plantas, 130 de aves, 50 de mamíferos, 12 de reptiles, tres de anfibios y numerosos artrópodos. Muchas de estas especies son únicas de la Argentina, algunas sólo se han registrado en la provincia, incluso unas cuantas son propias del área protegida y sus alrededores, como por ejemplo la ranita de la laguna Blanca, cuya presencia en este humedal es señal de la calidad del hábitat de estos ambientes.
Todas las lagunas del área protegida tienen la particularidad de haber evolucionado sin la presencia de peces, lo que las hace únicas en cuanto a su estructura comunitaria acuática y a la presencia de numerosas especies de aves que utilizan el abundante recurso trófico. Sin embargo, entre los años 1943 y 1968 se efectuaron sucesivas siembras no autorizadas en la laguna Blanca principalmente de perca, una especie nativa de la Argentina y Chile, pero que no ha coevolucionado en este tipo de lagunas.
Así, la llegada de este depredador novedoso generó múltiples efectos negativos en el ecosistema lagunar, que empezaron a ser evidentes en la década del 90, principalmente con la disminución en la diversidad y abundancia de aves, debido a la herbivoría total de la gambarusa (Myriophyllum quitensis), una planta acuática sobre la cual anidan distintas especies, entre ellas el cisne de cuello negro, emblemática del Parque. La restauración del ecosistema es un desafío prioritario para el Parque.
Los sitios arqueológicos relevados hasta el momento en el Parque están representados por sectores a cielo abierto, abrigos rocosos pircados asociados a sitios a cielo abierto, abrigos rocosos con arte rupestre. Además, existen sitios históricos conformados por sitios de paso de veranadores y otros de pobladores antiguos.
Fuente Río Negro
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