
Sustancias psicoactivas. Hay legales e ilegales. Son las que actúan sobre el cerebro y el resto del sistema nervioso central. Legal o de venta libre no implica que sean inofensivas si se genera un consumo problemático, aquel en el que se perjudica quien la usa o su entorno, y en algunos casos puede terminar en adicción (es decir, dependencia física o psicológica).
En diálogo con “Eureka”, la doctora Valeria Quaranta, directora de esa investigación, destaca que el consumo problemático de sustancias psicoactivas es, justamente, un problema social, donde además intervienen factores biológicos y psicológicos. Entre los resultados más preocupantes de su trabajo, destaca el alto consumo de marihuana y de alcohol (con un 9% de los adolescentes encuestados con síntomas de dependencia física a este último) y que el 50% de las intoxicaciones alcohólicas de los jóvenes se da en sus casas.
El estudio señala la necesidad de investigar con mayor profundidad el patrón de consumo de bebidas energizantes y el nivel de conocimiento que tienen los jóvenes sobre sus potenciales peligros. En relación a la accesibilidad a sustancias psicoactivas ilegales, los estudiantes encuestados manifestaron que la marihuana es la que más fácil les resulta conseguir. En cuanto a percepción de riesgo, el 55,9% consideró que fumar tabaco algunas veces no representa peligro o este es moderado, mientras que solo el 67,8% indicó que emborracharse implica un gran riesgo. Y los riesgos en el consumo de sustancias psicoactivas son diversos, uno de ellos es el daño que pueden producir al cerebro.
Cerebros dañados
“Eureka” conversó con la doctora en Física Inés Samengo, investigadora del Conicet, en el Centro Atómico Bariloche y docente del Instituto Balseiro, quien trabaja en temas de neurociencia computacional, pero también brinda charlas en escuelas sobre los efectos de diversas sustancias psicoactivas sobre el cerebro.
P- El estudio realizado en Zapala encontró que el mayor consumo entre los jóvenes encuestados se daba en el alcohol. Pero no todos percibían el emborracharse como una actividad de alto riesgo. ¿Es así? ¿Qué ocurre en el cerebro?
R- El consumo prolongado produce daños en prácticamente todos los órganos del cuerpo. En el cerebro de un alcohólico, se observa una marcada pérdida de neuronas, especialmente en las áreas asociadas a la memoria y a la habilidad de desenvolverse en sociedad. El 50% de los accidentes de tránsito involucran consumo de alcohol. Es además una de las pocas sustancias que puede matar tanto por sobredosis, como por síndrome de abstinencia. Y es fuertemente adictiva, afectando a todos los estratos sociales.
P- Normalmente se relaciona al tabaco con daños en el sistema respiratorio. ¿Afecta al cerebro?
R- Los riesgos más grandes del consumo del tabaco se asocian con problemas respiratorios y cardiovasculares. Sin embargo, también hay un compromiso del sistema nervioso. Inmediatamente después de la administración de nicotina, el fumador advierte que sus habilidades cognitivas mejoran, típicamente por aumentar su capacidad de concentración y de reaccionar velozmente. Lo que no se advierte, es que con el correr del tiempo, estas capacidades disminuyen lentamente, hasta ubicarse por debajo de las que se tenía antes de empezar a fumar. La nicotina, además, es una de las sustancias más adictivas que existen.
P- Respecto de la marihuana, cuya legalización la sociedad debate, ¿causa daños al cerebro?
R- Existen estudios recientes que muestran que el cannabis puede ser beneficioso en el tratamiento de afecciones graves, como la esclerosis múltiple, el SIDA, sesiones de quimioterapia, y otros. Sin embargo, su administración también implica riesgos, por ejemplo, se observó una correlación con el desarrollo posterior de esquizofrenia, sobre todo cuando es consumido por adolescentes o adultos jóvenes. La legalización o no de sustancias de este tipo plantea un problema difícil, en el que es necesario tener en cuenta los posibles riesgos y beneficios de poblaciones diversas.
Fuente: diario RN
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