
Por estos días está visitando Neuquén, provincia que no conocía. Pasó por Villa La Angostura, San Martín, Junín y Zapala. Su próxima parada será la capital de la Provincia.
A los 27 años, Pablo tenía una cómoda vida como guía turístico en Brasil, pero un día dejó todo y se lanzó a pedalear por el planeta. No sabía mucho de pasaportes ni idiomas, pero lo impulsaba el sueño de ir más allá de las fronteras del trabajo y la rutina.
Vino a nuestro país en 2001 y golpeó las puertas de cien empresas para buscar patrocinadores. Sólo dos aceptaron. Sin desanimarse, con 3 mil dólares encima y una crisis económica detrás, partió a Sudáfrica a iniciar un viaje que programó para dos años y medio. A poco de arrancar, el corralito le cortó el financiamiento y Pablo se dio cuenta de que su aventura iba a ser más grande e intensa de lo que había imaginado.
“Ahí me olvidé de Argentina y el viaje se transformó; como estaba en Mozambique y hablan portugués, conseguí varios sponsors para continuar y después fue simplemente sobrevivir”, recordó. En Europa empezó a vender fotos para financiarse. Y en 2013 hizo el documental Pedaleando el globo, que le abrió las puertas a nuevos colaboradores.
Pablo visitó 105 países, la mitad de los que hay en el mundo. Hoy tiene 43 años y está cerca de concluir su aventura. En marzo completó una travesía de cuatro años de Alaska a Ushuaia y le queda, como broche final, recorrer su propio país. “No puedo terminar mi viaje sin conocer la Argentina, por eso voy a ir a cada una de las provincias”, remarcó.
Pasó por las zonas cordilleranas camino al sur y, para el último tramo, arrancó desde Bariloche. De ahí vino a Neuquén y seguirá hacia el noreste. Comentó que, aunque ha visto paisajes fascinantes, "prefiero las ciudades y las capitales, hablar con la gente".
Si bien su experiencia sale de lo común, no es el único. Contó que en su camino conoció ciclistas que llevaban 12 y 18 años en viaje "y hay un señor de más de 70 que lleva 50 años arriba de la bici y tiene un museo en Alemania; es como nuestro papá".
Pablo confió que, como toda elección de vida, "dejás muchas cosas: afectos o lugares que te encantan, en los que te querés quedar pero estás siempre de paso, yéndote". Cuando vuelva a Buenos Aires y le dé un descanso a la bici, planea dedicarse a dar charlas motivacionales y continuar con el documentalismo. Tiene 200 horas de filmación para mostrar a todos las maravillas que conoció sobre dos ruedas.
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