Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido

Opinión

Opinión

Zapala dio la nota negra en la Neuquén Cup

Ayer se debió suspender la jornada luego de una agresión física contra un árbitro. A partir de ahora el Comite Organizador se hará cargo de la sede zapalina. Padres fuera de sus cabales, nula presencia policial y un negocio redondo para la organización son las enormes falencias del certamen de fútbol infantil.
Sergio Garro
Por Sergio Garro

El pasado viernes se llevó a cabo el acto inaugural de la Neuquén Cup en la ciudad de Neuquén. El certamen internacional de fútbol infantil alberga cerca de 4500 chicos en su quinta edición, a los cuales se les cobró una suma cercana a los 400 pesos para poder participar.

Elencos de Colombia, Chile, Panama, clubes afiliados a la AFA y por supuesto de nuestra región, son los que se baten a duelo -lamentablemente a veces literalmente- para conseguir los resultados de un certamen que fue perdiendo la mística de sus primeras ediciones, claramente apoyado por aquel entonces al ser un año politico y de elecciones en la Provincia.

Ayer por la tarde y en el predio de ADECOZA se dio la gran mancha a nivel organizativo y de violencia en el certamen. Se jugaba el repechaje de la categoría 2001 entre Santos y Don Bosco, cuando el duelo debió ser suspendido por una agresión física aparentemente del cuerpo técnico de Santos contra uno de los árbitros.

Desde la organización central pidieron disculpas a través de las redes sociales, pero el daño claramente estaba hecho. No solo por esa agresión repudiable desde todos los sentidos, sino también por los disturbios que se habían generado el último sábado, también en esa cancha cuando un grupo de padres molestos lo expresaron contra el colegiado.

Como si esto fuera poco, la casi nula presencia policial en las sedes de Zapala da pie para que los adultos reaccionen y no puedan ser calmados con facilidad. A esto se le suman las denuncias de ayudas y acomodos para que determinados equipos avancen de zona.

Una Neuquén Cup que perdió el rumbo, que dejó de ser un certamen netamente deportivo para los más chicos que solamente quieren jugar y divertirse. Y que pasó a ser un negocio redondo para el bolsillo de los organizadores, que a veces ni siquiera tienen el alojamiento adecuado para los planteles que llegan desde otras ciudades.

Compartinos tu opinión

Te puede interesar

Teclas de acceso